Synapses axiomatique

"Un lieu d'expérimentation, de lire et de penser"
"A place to experiment, read and think"

martes, 3 de diciembre de 2013

Casa Barkeley




Caminé por el corredor del vestíbulo tan lentamente que en cada paso sentí que dejaba una parte de mí, las paredes tenían un estampado tétrico, y lo poco que se veía del diseño original las hacía parecer mucho peor;  escuché los campanazos de la iglesia y al unisonó empezaron a sonar los relojes de la casa, se me erizaron los pelos; eran antiguos y estaban llenos de polvo y hollín. Al parecer hubo un pequeño incendio en la sala de estar; se dice en el vecindario, que el Sr. Barkeley  murió quemado mientras dormía en su reposera, lo que nunca se confirmó fue si era cierto lo que decían de su esposa, la Sra. Mary Hüell. Algunos creían que ella lo había intentado envenenar en varias ocasiones, y al parecer ese día había salido de su casa, aunque nadie pudo comprobarlo. Había un muchacho tonto, llamado Raily, que hacía de mandadero para la señora, y cada tanto se le veía merodeando en el patio trasero de la casa, el Sr. Barkeley lo detestaba, decía que era un desperdicio de ser humano y desconfiaba de la fidelidad de su esposa en cuanto al chico, muy a menudo le golpeaba hasta el cansancio dejándolo tirado en el barro al lado de la fuente; tenían un patio inmenso, que en su apogeo debería haber sido hermoso, con todo tipo de flores y arboles; ahora solo quedaba un vestigio de esas épocas, épocas en las que el sol brillaba en la casa Barkeley.
Cuanto más me adentraba en la casa, más oscuro se ponía todo, se podían ver todo tipo de cuadros, desde lo hermoso a lo funesto y horrible, como gente muriendo desangrada por empalamiento o miembros amputados,  podía sentir mis propios latidos, y como iban acelerándose cada vez más, ¿Qué tenía este lugar que no me dejaba irme aunque estuviera temblando? Era como si fuese atraído; como un sonámbulo dando vueltas en la noche, seguía caminando y no podía detenerme, pero ¿quién iba a despertarme? Era la casa y yo, yo y la casa, no me importaba otra cosa, solo quería continuar el camino que nadie se aventuró a terminar. Había un silencio insoportable, que solo hacía crecer el temor, agonizando, como si estuviera expectante de mí, y me guiara lentamente, cada vez que se rompía, era con un crujido de madera, de los pisos secos por el descuido del tiempo. 

Eiji Mnemonic


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...